Ser fotógrafa de bodas es algo que me mueve dentro, me asombra la cantidad de pequeñas historias que se esconden en miradas y gestos de las personas que forman parte de ese día, y que, como por arte de magía, durante unos instantes fluyen de manera natural.
Por eso intento pasar desapercibida, para colarme en cada instante sin ser vista... dejar así fluir la magia de cada persona y hacer clik en esa milésima de segundo en que todo sale a la luz.
Rosa Avellá